domingo, 2 de octubre de 2011

09 Kununurra


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Alojamiento: Motel
Valoracion: 6.5
Comentarios:El peor baño que esperamos encontrar durante el viaje y posiblemente la mejor piscina. Limpieza mejorable, mantenimiento memorable, etc

28-Septiembre-2011 

Kununurra es más agradable y esta más preparada para el turismo que Katherine, quizás eso  hace que no sea tan auténtica. El hecho de pertenecer a Australia Occidental, pero estar en su extremo oriental le hace padecer el horario de Perth, a miles de kilómetros de distancia, es decir que a las 18:00 h es ya noche cerrada y a las 6 de la mañana el sol está en todo lo alto.

Una excursión hasta Wyndham, junto a la costa norte de Australia, permite hacerse una idea del paisaje de Kimberley. Más variado que el Territorio del Norte que cruzamos hasta llegar hasta aquí. El terreno no es tan plano y cualquier paisaje está dominado por un boabab o tal vez por un "road train", uno de esos camiones de hasta 53 metros de largo que suelen tirar de 4 remolques enganchados uno tras otro.

Aún nos quedan unos días de polvo pero hemos decidido adelantar nuestra llegada al mar, es decir a Broome porque en el interior está haciendo más calor de lo esperado y las extensiones son demasiado monótonas. Ya les hemos dado suficiente margen a  las cascadas, las pozas de agua, las gargantas, etc. que mucho prometen pero al final ...casi nada.

Kununurra tiene lo que llaman el "mini Bungle Bungle" que es un pequeño parque natural junto a la ciudad con ciertas formaciones de roca, pero no nos engañemos .... El otro atractivo de la ciudad son las galerías de arte aborigen, las obras tienen peor calidad que las que encontramos en Alice Springs hace unos años y los precios son bastante disparatados para lo malas que son.

Sin embargo el gran "spot" de la ciudad, cuya visita seguramente no viene incluida en ningún viaje programado, es su pub (seguramente sólo habrá uno por lo que no habría posible confusión). Con 3 mesas de billar, una terraza bastante grande y un karaoke a pleno rendimiento, lo tiene todo.

La clientela es de lo mas variopinta, no hay ningún turista que no sea australiano y hay una mezcla con aborígenes como no hemos visto en ningún otro lugar. Ahí encontramos a Billy de ojos azules y piel apenas morena, perteneciente a la última generación de aborígenes y que nos daba la bienvenida a su tierra invitandonos a una copa. Entre su acento cerrado, el handicap del "White Label" y el karaoke a todo volumen puede que esta historia sea mas bien resultado de mi imaginación.



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