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Alojamiento: Bed & Breakfast
Valoracion: 7
Comentarios: Propietarios muy amables, buen desayuno y atenciones, pero B&B con lo justo en la habitación, decoración deja mucho que desear (podría pasar por habitación de Hospital).
10-Octubre-2011
Estas actividades siempre tienen unos horarios poco saludables. Nos hemos levantado a las 5:30 de la mañana, para comprobar si estamos hechos para la pesca en aguas abiertas o no.
Lo cierto es que hasta ahora no había prestado mucha atención a este deporte, hobby, actividad o como queramos llamarlo. Tampoco vamos a entrar en discusiones sobre la crueldad (hay que ver las convulsiones que puede dar un pez y como salpica la sangre), necesidad de matar, matar por diversión, etc. Nos quedaremos en algo tan simple como "donde fueres haz lo que vieres". Además el trayecto tiene sus alicientes: un delfín pasa a nuestro lado, una ballena salta repetidas veces sobre su espalda a lo lejos y un tiburón pasa bajo el barco.
El hecho es que a las 7 de la mañana estamos ya navegando. La primera técnica de pesca no es muy complicada, el encargado fija unas cañas a la popa y sin aminorar la marcha al cabo de unos minutos ya han caído un par de peces enormes. Parece que todos los peces son gigantes en estas aguas. De momento nosotros no hemos intervenido, nuestro protagonismo comenzará un poco mas tarde.
Unas dos horas después y ya bastante mareado (aguas abiertas implica olas grandes), el barco se detiene (entonces el vaivén se agudiza). Cada uno de nosotros está provisto de una polea (no de una caña) y un anzuelo al que se le pone un trozo de pescado y otro de "pulpillo". El resto no tiene mucha ciencia: se suelta hilo, se espera y si pica lo subes con la polea.
El adolescente que tengo al lado antes de soltar el hilo ya esta sacando un pez. Yo espero, pero en mi anzuelo no ocurre nada. ¿Será que se ha perdido mi cebo?, mientras lucho con el bamboleo del barco compruebo que el cebo sigue ahí. Pasan unos minutos y el barco continua hasta otro lugar que considera propicio, para mi resultará tan propicio como el anterior.
Al llegar a la tercera parada (spot) ya estoy muy mareado, considero que mi cebo no es suficiente y les echo el desayuno que tomé por la mañana, pero ni con esas pican. Al cabo de un rato pienso que es mejor salvar mi propia vida antes que acabar con esos monstruos de las profundidades. Quedan unas 3 horas hasta que volvamos a puerto y si no me tumbo dejare de respirar.
No habíamos salido con expectativas demasiado altas, no pensábamos sacar un pez espada, pero no hemos cogido ni un boquerón. Es así como se pone fin a este intrépida aventura que tal vez resulte en una vocación frustrada. Hoy hubo un claro vencedor, otro niño, éste de 10 años que saco un pez mas grande que él.
Viendo la parte positiva de la mañana, lo mejor es no hubo necesidad de comerse la cabeza con lo de "crueldad, necesidad de matar, matar por diversión". Puede que nuestro subconsciente quisiera "no pescar nada", para evitar así conflictos morales. En ese caso fue la pesca perfecta, una pesca limpia. Tal vez deberíamos patentar el término "pesca aséptica", donde el objetivo es no pescar, pese a intentarlo y la emoción, saber que puedes fallar en cualquier momento y cargarte un pez.
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